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Nos apasiona nuestro trabajo. Adoramos la sencillez, algo muy difícil de alcanzar. Para nosotros, los pequeños detalles son los que realmente marcan la diferencia. Amamos la naturaleza e intentamos aprender todo lo que podemos de ella. Tenemos claro que, como diseñadores, ostentamos una gran responsabilidad porque creamos objetos que influirán en la gente y el entorno de forma directa e indirecta. Tratamos de transmitir sensaciones a los usuarios finales con cada nueva obra que engendramos.

Nos inspira casi todo lo que nos rodea. Un puñado de nieve sobre una hoja marchita o una bandera de señalización pueden ser el catalizador perfecto para un nuevo proyecto. Por eso es tan importante para nosotros mantener los ojos abiertos e intentar aprender al máximo de lo que vemos y vivimos cada día.

Al igual que muchas cosas en la vida, el diseño también es muy subjetivo. Lo que creemos que es muy especial, para otro quizá resulte ordinario o sencillamente feo. Para nosotros, un diseño es bueno cuando es funcional y, al mismo tiempo, ejerce su poder de atracción sobre quienes lo observan. Es el equilibrio perfecto entre forma, color y materiales.